En los últimos tiempos, en especial desde después de las elecciones municipales y autonómicas del pasado 24 de mayo, se habla de la Unidad Popular. Este debate se centra en torno a cómo se deben articular estos espacios, a cómo se deben comportar los partidos, y a cuáles son los objetivos que estos espacios deben tener.
A día de hoy, existe un proyecto de espacio que pretende dar respuesta a estas preguntas: Ahora en Común. Hay mucha mitología en torno a este espacio, pero es hora de analizar detalladamente cómo se comporta este espacio, de dónde viene y hacia dónde va y, sobre todo, la naturaleza de este interesante proyecto.
En primer lugar, Ahora en Común es un espacio que surge desde las bases, ahí donde este espacio se articula es desde el debate y desde las bases. Los partidos como tal no tienen cabida en este espacio, pues si algo hemos aprendido de las victorias en las municipales de las alternativas de confluencia, es que únicamente a través de la generosidad de los partidos se puede conquistar el poder. Y digo conquistar el poder porque es una tarea hercúlea, con una dificultad extremadamente elevada, pero los resultados han demostrado ser merecedores de los esfuerzos. Ahora en Común no es una sopa de siglas, ni una coalición de partidos. En la presentación que tuvo lugar en el Circulo de Bellas Artes quedó claro que los promotores de ese espacio provienen de los más variopintos espacios, siendo muchos de ellos espacios no partidistas, espacios en los que los partidos ya han aprendido a renunciar a sus siglas, experiencia que se debe trasladar a un objetivo más ambicioso y loable: la consecución de un espacio para todos y todas de cara a las generales.
En segundo lugar, Ahora en Común es un ''protoespacio'', aún no demasiado consolidado, pero que surge desde las premisas de la igualdad, la generosidad, la horizontalidad y un fuerte espíritu de apertura e inclusión. El desarrollo de este espacio debe ser desde un trabajo conjunto, en el que todo el mundo tiene cabida desde la absoluta igualdad. No debemos distraernos en debates estériles sobre las siglas, las formas,... En realidad, todos caminamos hacia un objetivo final: ganar las elecciones generales para la gente, para el pueblo, para todas las clases de esta sociedad que ven en los gobiernos conservadores que nos gobiernan un enemigo. Es por ello que tenemos que ser pragmáticos, tenemos que anteponer los intereses colectivos a los patriotismos de siglas o de partidos, y aparcar nuestras diferencias para ser capaces de desarrollar programas y propuestas que los ciudadanos nos demos como objetivo para hacer de nuestro país un lugar para todos.
Para terminar, se habla de que este espacio no tiene un programa, no tiene unos objetivos. En realidad, este espacio surge desde la base, desde los ciudadanos, y sus propuestas ya se han oído en las calles, en las plazas, en los teatros o salas llenas de gente pidiendo el cambio.Es por ello que negar el carácter ambicioso de este espacio es negar un espíritu transformista, limitarlo a una coalición de partidos es obviar el esfuerzo de quienes han tenido la sagacidad de impulsar un espacio en el que los ciudadanos cobren protagonismo por encima de fuerzas políticas. Este proyecto es hacia donde debemos avanzar, este espacio tan ambicioso es sólo el principio: las elecciones generales son un objetivo, pero hay que ser más ambiciosos: para transformar el país, nuestros esfuerzos se deben organizar en una estructura que perdure en el tiempo, que aúne bajo un mismo proyecto a compañeros que, con distintos caminos, tenemos los mismos objetivos. Este año conocemos las turbulencias electorales, pero las calles no se van a vaciar de la noche a la mañana, no mientras las políticas austericidas, neoliberales y plutócratas sigan gobernándonos: existen fuerzas en este país que velan y velarán (aunque les ganáramos en las elecciones) por mantener esas políticas activas. Por ello nos debemos organizar para luchar contra estas fuerzas, y este espacio es más que necesario para conseguir este objetivo.
Todos y todas debemos remar juntos hacia este fin, porque queremos conquistar todo lo que nos han arrebatado y más, queremos que este país tenga un gobierno capaz de gobernar para los ciudadanos, y sólo la alianza de los ciudadanos, los partidos y los actores sociales en un espacio plural donde sean los ciudadanos los que lleven la batuta del proceso, pueden alcanzar este noble objetivo.
¡Hacia la Unidad Popular!